lunes, 24 de enero de 2011

...on the hill


Deja de existir por momentos. Su existencia mental, sola y sin encontrar justificación en el desierto, parpadea en el continuo.
Estos impases se han hecho más presentes en los últimos días, el tono gris que invade sus vísceras está llegando a los límites de la piel. Por suerte, mientras observa inmóvil su entorno, busca en el flujo de existencias que conectan sin cesar a su alrededor, choques de información en los que pueda verse reflejado, proyectando en los demás fragmentos de su ‘persona’, de su ser mental. De esta manera, trozo a trozo, proyección a proyección, salvaguarda la existencia de su ‘res cogitans’ y su lugar en la realidad.
Pero esta incesante búsqueda por la sobreexistiencia le lleva a temer, pronto, por la continuidad de su forma física y, en delirio, temiendo desvanecerse en el aire, busca en las esquinas de su mirada superficies en las que hallar su imagen. Y así, esclavo de los reflejos, en los momentos de más debilidad, se levanta y busca su cara en el espejo más cercano, escrutando en sus ojos logra encontrar su identidad cubierta de carne y se calman los temores…

27/12/2010

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